El psicoanálisis es la ciencia del lenguaje habitada por el sujeto. ¿Y qué queremos decir con esto? Que vivimos entre frases, hay ciertas inhibiciones, ciertas dificultades en la realización de actividades que mostramos en nuestra vida cotidiana, etc., que tienen que ver con alguna frase, alguna frase que de alguna manera nos ha «tocado», o nos ha «marcado”. Por ejemplo, esa frase de la maestra: “Eres un inútil, no sirves para nada”, o esa frase de nuestra madre: “Tú eres una maravilla, eres el más bonito del mundo” que nos hace ir por la vida como si no fuera necesario desarrollar un trabajo para hacer las cosas correctamente.
En psicoanálisis, se trataría de que el paciente pudiera poner al lado de estas frases, otras frases, abrir otras cadenas asociativas, otras historias para el sujeto, y esto lo posibilita la escucha del analista. Además, el psicoanálisis nos permite transformar nuestra manera de gozar, a veces gozamos de manera perversa, en el sentido de estereotipada, siempre de la misma manera.
El psicoanálisis nos permite abrirnos a otras maneras de gozar, y además de enseñarnos que habitamos el lenguaje, nos enseña que el mayor goce del sujeto es el goce del lenguaje: de hablar y ser escuchado. Y el psicoanálisis nos permite que nuestro goce pueda ser transformado, que podamos poner al lado de esas maneras de gozar, otras maneras. Si alguna vez ha pensado en psicoanalizarse, es que lo desea, o lo necesita.
No lo piense más, llame.
